Con motivo de la celebración de Halloween, el dia 31 de Octubre presentamos a nuestros usuarios una obra de teatro conmemorativa, con adaptaciones inspiradas en la serie Tiger and Bunny. Aquí, agregamos el extracto, esperando sea de su total agrado. Con los debidos agradecimientos a quienes hicieron posible este evento.
"El Corazón Delator"
Obra original de: Edgar Allan Poe.
Adaptación: Kotetsu Kaburagi/Yuri Taikatsu.
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**SUENA LA SEÑAL DE INICIO**
Un Altavoz: "Lamentando mucho el retraso, pero bienvenidos. En breve comenzamos con la presentación de la obra "El Corazón Delator". Esperamos sea de su completo agrado. "
Conde D: [Mi PJ puede brindar dudas. (?)]
Dr. Takezawa: -Llevaba las notas del paciente en sus manos mientras discutía un poco sobre ellas con su nuevo compañero de trabajo, un hombre bastante joven e interesado en el caso- Últimamente ha estado mejorando: ya habla y comparte con los demás sobre ciertas cosas de su pasado pero aún no explica con detalles algo en específico, quizás el origen por el cual se encuentra internado ahora o un trauma que lo ha marcado a tal punto de encontrarse en donde se encuentra ahora. Quizás termine abriéndose con usted, con un poco de cuidado y paciencia... -le pasa las notas a su compañero para que las estudie, metiendo ambas manos dentro de su bata mientras observa el pasillo por el que ambos caminaban. Llevaba las notas del paciente en sus manos mientras discutía un poco sobre ellas con su nuevo compañero de trabajo, un hombre bastante joven e interesado en el caso-
Conde D: -El joven médico paseaba de manera ansiosa, notando cómo la única y baja luz gaussiana le iluminaba de momentos durante sus pasos. Acomodaba su bata blanca con elegante movimientos y repentinamente se detuvo, dándole la espalda al joven paciente para encarar y observar a su compañero de profesión con sus ojos de color desiguales, uno opalino y el otro violáceo. Aceptó las notas con un ademán de sus manos, dando una rápida lectura al las mismas. Asintió de manera corta y observó a Kotetsu por encima de su hombro, frunciendo sus labios de manera ligera al notar que comenzaría a hablar. Tomó rápidamente la lapicera prendida a su bata y quitó su capuchón con determinación, realizando algunas notas más con respecto al comportamiento de quien trataba.-
Dr. Takezawa: No le será muy difícil, el señor Kaburagi sabe colaborar cuando siente la necesidad de hacerlo. Con algo de tiempo puede que usted logre ayudarle -sacó una pequeña llave de uno de los bolsillos de su bata y abrió la habitación del paciente en cuestión. Entró a la misma dejando atrás por un momento a su nuevo compañero para dirigirse hasta el paciente- Señor Kaburagi, muy buenos días. ¿Recuerda que le mencioné que tendría a un nuevo doctor? -colocó su mano izquierda sobre el hombro derecho de este para hablarle pausadamente-
Conde D: -Dudó un tanto con sus pasos mientras terminaba de hacer algunas anotaciones, bajando las mismas para dejarlas contra su pecho mientras sigue al médico mayor con calma, acomodando su cabello negro y largo hasta sus hombros tras las orejas con la diestra.- No habría problema si no fuese así tampoco, doctor. Tengo su asesoramiento. - Diría en un susurro.-
Kotetsu Kaburagi: - había permanecido sentado sobre aquella silla hasta que perdió la noción de tiempo. Incluso pareciera que no se había dado por enterado de que la iluminación dentro de su celda acolchada había aumentado sutilmente al haber entrado aquellos desconocidos. Permaneció todavía unos instantes inmóvil, descalzo, con el torso y los brazos ceñidos firmemente por una camisa de fuerza de ajustadas correas de cuero. El tintineo de una lucecilla sobre su cuello denotaba que a aquel le habrían implantado incluso un inhibidor, con el cual impedir que en dado momento, utilizara sus ya de por si minimizados poderes. Para cuando sintió la mano sobre sí, apenas alzó la cabeza, aunque no les miró-
Dr. Takezawa: -Se incorporó para observar un momento al nuevo médico y le sonrió amablemente. Se dirigió nuevamente hacia el paciente quien aún no había expresado ni una sola palabra- Seguro que podrá llevársela muy bien con su nuevo doctor, señor Kaburagi. Ha sido un gran fan de su trabajo por la sociedad.-Le dio una pequeña palmadita en su hombro antes de incorporarse nuevamente y dirigirse hacia quien ahora sería el médico encargado de tan único paciente- Insisto, no creo que haya mayores motivos para preocuparse. Lo hará bien -le extendió su mano derecha con la llave de la habitación, dando por finalizada de alguna forma la presentación entre el paciente y el doctor a cargo-.
Conde D: -Daría un corto recorrido por la habitación en círculos, manteniendo la mirada perdida en el suelo, casi sobre los bordes más oscuros del ambiente hasta detener su paso al lado del más antiguo médico, sin despegar la mirada del paciente quien, a pesar de todas las ataduras que limitaban sus movimientos, parecía bastante cuerdo en cuanto podría hacer o decir pero no indagó demasiado en ello y escuchó con atención al doctor, aceptando la llave con firmeza, guardando la misma en un bolsillo de su bata.-
Dr. Takezawa: -Hizo un pequeño gesto afirmativo con la cabeza a su compañero de trabajo antes de meter sus manos nuevamente en los bolsillos de la bata, saliendo de la habitación y cerrando la puerta tras sí-.
Kotetsu Kaburagi: - apenas alzó ligeramente la voz, con toda tranquilidad.-... Déle mis saludos al cuerpo médico, Takezawa-san. -aún cuando aquel ya se había marchado. Por entre los flecos largos de castaño cabello y la barba larga, que tenía vagos remansos de haber sido cortada en 2 curiosas formas, esbozó una sonrisa-... ¿Cual el su nombre, doctor?
Conde D: -Al ya estar a disposición de su nuevo paciente, soltó un suspiro entre sus labios negros (?) y se mantuvo de espaldas al mencionado, con sus ojos cerrados de momento, alejando la libreta de su pecho y tapando su lapicera con su capuchón antes de volver a hacer anotaciones futuras, seguro que sería así.- D, Conde D me puede llamar. [Dá más miedo el médico que el loco en cuestión (?)]
Kotetsu Kaburagi: ... Sou da ne... Doctor Conde es complicado... y mi inglés es muy malo... -sonríe con suavidad, hablando de forma clara, aunque con voz suave- No le molestará si solo le llamo Doctor D... ne?- No espera respuesta de su parte, empujando con suavidad el piso con sus pies, de manera que la silla giratoria se moviera, de modo que pueda encarar directamente al doctor. - ... cuando era joven tenía muchos fans. Firmaba sus mochilas, sus libretas, sus camisas... era muy divertido.
Conde D: -Niega con determinación a sus palabras, sonriendo de manera discreta mientras se viéndose de frente al paciente, de hombros encogidos, inclinándose ligeramente hacia adelante, conservando varios metros de distancia.- Doctor D está bien... -Dice en un hilo de voz, escuchándole con atención, interrumpiéndose a sí mismo.- ¿usted sabe cuál es su parte médico acaso?
Kotetsu Kaburagi:- entra en contacto con las pupilas bicolor de aquel médico. Una imagen que le hizo abrir un poco mas sus párpados y dejar a la vista un poco mas de sus pupilas castañas, enmarcadas en un rostro pálido por el encierro, ojeroso, demacrado y con visibles marcas de la edad, que sería de un hombre en sus treintas, probablemente cuarenta años.-... Siempre he sido un hombre muy nervioso, nervioso hasta lo impensable, doctor... - inclina la cabeza, con cierto gesto de pereza- ¿...por que afirma el doctor Takezawa y su cuerpo médico que estoy loco?... ¿Sabe usted quien soy? Soy Wild Tiger. - se queda tranquilo, luego de haber expresado su pregunta en dirección a aquel joven médico. No evitó compararlo internamente con uno de los NEXT mas fuertes que había tenido la oportunidad de enfrentar: Jake Martínez. Mantuvo todavía sus labios curveados en una sonrisa tranquila-
Conde D: -Tomó aire de manera profunda, llenando sus pulmones en su totalidad, cerrando sus ojos, luego de estudiar con lujo de detalles a aquel nuevo personaje ante sí. Su apariencia prolija parecía de poco fiar por el misterio que irradiaba desde sus finas facciones en aquella pálida piel enmarcada con un oscuro cabello de recto corte hasta sus hombros. se retrajo en su lugar.- Cuénteme más de su profesión, señor Kaburagi... -dice en una siseante voz, procediendo a plasmar por escrito lo dicho por su ajeno en una rápida y alborotada letra típica de los profesionales en su rubro.-
Kotetsu Kaburagi: - emitió un sereno suspiro. Conocía de sobra el interrogatorio inicial, pues había pasado por el mismo desde su captura y repitiéndolo una vez tras otra delante de cada uno de los médicos que llevaban su caso. Pero con infinita paciencia, respondió a su solicitud- El Doctor Takezawa le ha informado bien... yo fui un héroe. Uno de los más importantes de Sternbild. Pero no estoy loco. Muy al contrario, doctor... mis sentidos son muy agudos, especialmente el del oído. - alza la vista, sereno-... puedo escuchar con toda claridad incluso más allá de mi celda. Puedo oír lo que se dice incluso abajo... muy profundo... profundo… -su voz adquiere un matiz sombrío, por un instante-
Conde D: -Se detendría cortamente a escribir durante su relato para mirarle fugazmente, haciendo una mueca con sus labios de tinte oscuro de manera casi imperceptible, reafirmando lo negado por él tras sus declaraciones que denotaban una especie de delirio de indudable naturaleza psicológica. Para eso estaba él allí de manera silenciosa y paciente a sus palabras. Retrocedió un poco más hasta dar su espalda contra la puerta de entrada, sonando las llaves de la misma en los bolsillos al hacerlo.- Mmmh... -Inclinaría su cabeza un tanto, volviendo su mirada bicolor al mayor de manera despreocupada, alzando una ceja.- Es difícil de determinar con tan pocos datos sobre usted... - Miente de manera descarada y pero sin darse a conocer la verdad tras sus palabras que fingían ignorancia a la perfección.- ¿quiere contarme su relato, señor Kaburagi?
Kotetsu Kaburagi: - sonríe para sí, mas que para el hombre que tenía unos metros más allá. - Escuche, Doctor D... - hace un carraspeo y retoma un tono natural, despreocupado, que le caracterizaba en sus días de hombre libre- Mire con cuanta cordura me dirijo a usted, para contarle lo que ahora va a escuchar... - cierra los ojos y luego los abre, con la vista fija en algún punto de la habitación acolchada-
No sé como... pero esa idea me asaltó la cabeza un buen día... Y cuando la tuve bien fija, no dejó de perseguirme todos los días... todas las noches... cuando salía a trabajar y cuando iba a acostarme. Yo... yo no tenía ninguna razón... No estaba furioso tampoco... -su voz adquirió un matiz ¿culpa quizá? ¿Nostalgia? - Yo... yo quería mucho a ese muchacho.
Conde D: -Asiente de manera seria, despejando de su semblante toda expresión que podría haber quedado de dureza, carraspeando cortamente y volviendo sus ojos a las anotaciones, atinando a seguir con las mismas pero manteniéndose atento a las palabras ajenas que adquirían ese tono tan singular que no había aparecido hasta ese momento.-
¿y qué ocurrió? ¿Qué... ocasionó esa notable obsesión por el muchacho? - Diría en tono de voz muy tranquilo mientras dejaba que la punta de su lapicera repiquetee contra las hojas de celulosa de su libreta.-
Kotetsu Kaburagi: - aquella pregunta le hizo emitir una sonrisa serena. - Él jamás me hizo nada malo ni me insultó doctor... ni siquiera me interesaba su dinero. -calla un momento, como si recordase algo- Ah... ¿sabe que? Creo que ya sé cual era el problema. Sus ojos. ¡Claro, claro! ¡Sus ojos, justamente! - y entonces echó a reír, como si recordara una grata anécdota-
Conde D: -Aguza su mirada un tanto, achicando sus ojos para ello, frunciendo el entrecejo, anotando el curioso dato que le daba en aquel momento con suficiente rapidez como para que no sospeche de su accionar y detenga sus palabras que se tornaban cada vez más reveladoras, gesticulando una media sonrisa.- Ya veo... ¿qué tenían sus ojos?
Kotetsu Kaburagi: - dejó de reír unos instantes, los mismos en los que la sonrisa se esfumó de su rostro, ante la pregunta del doctor. Se tomo su tiempo en responder- ... esos ojos... eran tan claros... tan azules... como los ojos de los buitres. - bajó la mirada hasta que los cabellos le cubrieron parcialmente el rostro. Lentamente, apoyó su pie derecho contra el piso acolchado, haciendo que el asiento de la silla girase en una y otra dirección, de forma acompasada-... cada vez que me miraba con esos ojos... me helaba la sangre. - calló un par de segundos-... así que... tuve una buena idea.
Conde D: -Suspira de manera calma, torciendo sus labios a un lado mientras continuaba con sus anotaciones, mirando a su interlocutor brevemente de momento.-
Kotetsu Kaburagi: Así que me decidí a matarlo. Y así sus ojos no volverían a molestarme más. - sonrió con satisfacción, como si hablase de una plaga erradicada- Preste atención a lo que voy a contarle, Doctor D. Todas las noches, hacia las 12, me dirigía a su habitación, abriendo la puerta con todo sigilo. Y cuando la abertura era suficientemente grande para poder asomar la cabeza, me armaba con una linterna. Debió ver con cuanta precaución, doctor...”
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Kotetsu Kaburagi: -Mantuvo aquella posición todavía unos instantes más. Cauteloso, al acecho. Sosteniendo aquel objeto casi inmóvil-
Barnaby Brooks Jr: - Su habitación era silenciosa y oscura. Ni el más mínimo rayo de luz artificial externa podía colarse entre las estrictas persianas que confinaban el negro de la oscuridad. Pero si lo hubiese, una ordenada habitación podría contemplarse, de espléndida limpieza y diseño sencillo, pero costoso. Dormía en su amplia cama, envuelto entre las cobijas y con un rostro relajado, inmaculado de gesto alguno. No había señales de alteración en su rostro. Dormía, y al parecer soñaba sobre algo bastante tranquilo. No parecía afectarle la presencia de algún otro individuo en su habitación. -
Kotetsu Kaburagi: - apuntó la linterna en su mano, en dirección al rostro de Barnaby. Y ahí, la encendió, buscando encontrarse con la mirada ajena. Grande decepción sufrió al notar que los parpados del joven seguían sellados y dormía con toda calma. Entornó los ojos, pues sentía haber fracasado en ese intento, de manera que tan lentamente como había entrado, salió de la habitación, cerrando la puerta con todo cuidado.-
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Kotetsu Kaburagi: -mantuvo la vista fija en algún punto en la lejanía, sin dejar de hablar con calma- Repetí aquello por siete noches. Pero siempre me encontré con sus ojos cerrados. Pero siempre convencido de que tarde o temprano conseguiría mi objetivo, doctor.
Conde D: -Estaba un poco más cerca de su paciente, tomando nota en todo momento, de pie a su lado, afirmando cada tanto, frunciendo el ceño, extrañado por lo que estaba relatando el mismo, lográndole ver entre su cabello negro azabache que enmarcaba perfectamente su rostro de lozanas facciones.-
Kotetsu Kaburagi: No era el muchacho lo que me molestaba, sino eso del "mal de ojos"... - dijo, al notar el mutismo del médico, como señal de que estaba poniéndole atención. Más que eso, estaba documentándolo todo. Podía escuchar su bolígrafo pasear por sobre el papel-... Y por las mañanas todo era como siempre. Lo visitaba a su habitación llamándole "Bunny", como todos los días. Le preguntaba como había pasado la noche, cosas así.- ríe para sí-... En verdad, Bunny-chan debió ser más astuto para darse cuenta que le miraba todo este tiempo mientras dormía... ¿no cree, doctor?
Conde D: -Se agacha en su lugar para dejar su libreta en el acolchonado suelo, soltando el aire de manera profunda desde sus pulmones, volviendo a mirarle con sus ojos de color desigual y una expresión seria para susurrar con su aterciopelada voz (?).- Sí lo creo. Además, usted parece que sabe bien que no puede ser esto obra de un loco sino una persona completamente sagaz.
Kotetsu Kaburagi: - emite una risa de buen grado, encarando al doctor-... ¿are...? ¿Usted cree, doctor, que un loco habría tenido tanta precaución como yo? - deja de reír, para volver a su relato-... Cuando llegó la octava noche incluso fui mas precavido. Entré con más lentitud que antes, asomando la cabeza por la rendija de la puerta....
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Kotetsu Kaburagi: - Se mantuvo ahí, totalmente inmóvil, más que las veces anteriores. Y pensar que habría estado así por 7 noches seguidas! Aquello le hizo emitir una sonrisa triunfal y rió ligeramente para si mismo, sutil, casi inaudiblemente-
Barnaby Brooks Jr: - Su cuerpo durmiente soltó un denso suspiro, y por órdenes de su cuerpo comenzó a removerse en su lugar, debajo de las mantas que le protegían del frío. A pesar de todo, continuó dormido. -
Kotetsu Kaburagi: -calló al punto ¿Será que aquel habría despertado y le ha escuchado? Entornó la mirada y detuvo todos sus movimientos, permaneciendo así por largo rato, esperando a dejar de escuchar el sonido del cuerpo ajeno al moverse-
Barnaby Brooks Jr: - Ligeramente, comenzaba a percibir un poco de la realidad, lo que le hizo removerse de nueva cuenta en su cama, sin embargo todavía no existía algo que le sacara totalmente de sus sueños, así que recuperó una cómoda postura y continuó durmiendo. -
Kotetsu Kaburagi: - Dejó que el tiempo pasara. Pudo ser una hora, quizá un poco más. Y cuando estuvo seguro de que Barnaby se habría dormido nuevamente, metió la mano en su bolsillo, en busca de la linterna, misma que intentó encender. Pero esta vez, la suerte no estuvo de su lado. El pequeño objeto se soltó de su mano y aunque trató de recapturarlo al vuelo, aquel chocó contra el suelo, creando un audible sonido metálico al chocar contra la duela de madera del departamento-
Barnaby Brooks Jr: - Sus ojos se abrieron. Todo el efecto adormilado de su cuerpo fue intercambiado por una tensión atenta ante aquel sonido metálico que interrumpió el silencio de su habitación, sin embargo se quedó quieto. Enfocó directamente el sitio en donde había nacido el sonido, el cual observó atento. -
Kotetsu Kaburagi: - le corrió un escalofrío por la espina. Había conseguido despertar al joven! Pero no iba a detenerse. Esperó todavía unos instantes, complacido en su fuero interno de haber completado tal hazaña-
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Conde D: - Le miro, habiendo detenido su escritura. Le era claro que no mostraba culpa alguna aquel paciente, de acuerdo a lo que hablaba y como se expresaba. Pero siguió intrigado de aquel resultado del reporte. - Y entonces... ¿que hizo cuando el joven se despertó?
Kotetsu Kaburagi: - sonrió ante su pregunta, mirándole con pereza- Permanecí ahí mas o menos una hora. Sin mover ni un músculo. Pero el hecho es que... tampoco le escuché volver a recostarse. Sólo podía escuchar con claridad el golpeteo rítmico de su pecho.
Conde D: - abrió un poco mas los ojos. No negó que en determinado momento, las palabras del otrora héroe atrajeron toda su atención y decidió hacerle relatarle todo, al crear un matiz de indiferencia al inquirirle- ¿Estaba realmente decidido?
Kotetsu Kaburagi: Heh... - emitió una risa discreta- Lo estaba. Ya había ido demasiado lejos como para retroceder. Wild Tiger no retrocede nunca, doctor. - suspiró, profundamente- Comprendí lo que Bunny-chan estaría sintiendo desde el momento que le escuché hablar. Desde que reí, se había despertado, y... sentí un poco de lástima. - bajó la mirada por unos instantes apenas-
Conde D: Y... ¿entonces..? - preguntó, de nuevo. Atento a escribir. Aquello significaría una revelación sorprendente para el concilio de médicos que llevaban el extraño caso de Kotetsu Kaburagi. -
Kotetsu Kaburagi: ¿"entonces"? - ríe de buena gana-¿que más? Fui a coger mi lámpara apenas le escuché hablar....
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Barnaby Brooks Jr: ¿Quién está alli? ... - Resonó la voz segura del rubio, la cual hizo eco con cierta imponencia en sus dominios. Comenzó a levantarse un poco, apoyando el antebrazo en su cama para alcanzar a ver mejor. -
Kotetsu Kaburagi: - se inclinó lento, lentamente, buscando a tientas el objeto que torpemente había tirado. Una vez lo tuvo en sus manos, lo encendió, dirigiendo su fina luz hacia el mismo sitio a donde había hecho desde noches atrás: el rostro de Barnaby; escuchando tanto su voz como el golpeteo cardíaco resonando rítmicamente dentro del pecho ajeno.-
Barnaby Brooks Jr:- El movimiento de las sombras ante el actuar ajeno le hizo tensar la mandíbula en enojo. Aborrecía que alguien entrara de aquella forma, y de hacerlo significaba que no podía ser por buenas intenciones. Fue enviando las piernas al costado de la cama lentamente, buscando próximamente levantarse. -
Kotetsu Kaburagi: -Al apuntar la luz de su lámpara, se encontró con el brillo celestino de las pupilas ajenas, lo que le provocó un nuevo estremecimiento de la piel, pero de otra naturaleza. Empuñó la lámpara firmemente en su mano y avanzó en torno al mismo, con una revolución de emociones desmadejándose en su fuero interno. Realmente, no podía con esa mirada-
Barnaby Brooks Jr: - Cuando logró ponerse de pie, delató que únicamente vestía un par de pantalones de algodón gris. Cuando el intruso fue aproximándose, pudo reconocerle. - ¡Kotetsu-san! - Sonrió con alivio, aunque internamente sabía que algo estaba fuera de lugar. - ¿Qué ocurre...? ¿Por qué has entrado así?
Kotetsu Kaburagi: - Estaba hecho. Ya le había reconocido y sus ojos seguían mirándole. "Deja de verme"... dijo, para su fuero interno, aunque no le detuvo. Antes bien, en su rostro se dibujó una sonrisa que, oculta por las sombras, no mostraba más que una aparente calma- Hola, Bunny. - Su voz probablemente terminaría de armar aquella falacia, al sentir el temblor de su propia mano al sostener la lámpara, a punto de romperla entre sus dedos-
Barnaby Brooks Jr: - Parpadeó algo confundido, aunque después volvió a formar su amena sonrisa. Se acercó al otro y con sus manos le sujetó por las mejillas con cuidado, observándole a los ojos con cierta preocupación. - Algo no está bien contigo... ¿Le ocurrió algo a Kaede? ¿Es sobre el trabajo?
Kotetsu Kaburagi:- Para cuando el joven toco sus mejillas, cualquier posibilidad de dar marcha atrás a todo aquello se esfumó. Así que sopesó rápidamente todas sus opciones. La más viable, el mantener la confianza del rubio. Pero todo se complicó cuando las pupilas ajenas se clavaron en las propias, que le hicieron hiperventilar. - Ie... -alzó la mano libre para librarse con sutileza de Barnaby-
Barnaby Brooks Jr: - Aquel rechazo le estremeció con preocupación, bajando sus manos a los costados y desviando la mirada con cierta tristeza. - ¿Ya no quieres que siga siendo tu compañero?
Kotetsu Kaburagi:- en otro momento y circunstancia habría echado a reír y gastado una broma. Pero en lugar de ello simplemente le empujó con calma de regreso al colchón, buscando que se reacomodase en el mismo. La lámpara había terminado tirada de nueva cuenta-
Barnaby Brooks Jr: - Cayó sentado en el colchón, observándolo confundido. Fue recostándose en el mismo y le observó con cierto cariño. Creía que sabía lo que el otro deseaba, algo que jamás le negó. -
Kotetsu Kaburagi:- En tal punto la tremenda ira que se arremolinaba dentro de si era tal que logró palidecer su rostro. "Joder, deja de verme... deja de verme...” aquella réplica interna comenzó a mellarle, así que lo siguiente fue rápido y sin más dilaciones. Alzó su siniestra y con ella selló los párpados del rubio, de la misma e intensa manera en que lo hizo con sus labios usando los propios, demandantes, imperativos. Iba a dejar de ser torturado por aquel mirar celeste, a costa de cualquier cosa-
Barnaby Brooks Jr: - Cedió ante su mano y cerró los ojos, tomándolo como un simple gesto. Apenas su boca llegó a la propia su piel se erizó, aceptando su beso con el esfuerzo suficiente para seguirle el paso. Su desesperación le hacía temblar, tanto por gozo como por un ligero miedo. -
Kotetsu Kaburagi:- Lo tenía justo donde le quería. Aunque no había considerado que sus planes tomaran tal rumbo y con ello pudo haber cambiado de planes. Pero Wild Tiger jamás retrocedía. Y jamás esos ojos de buitre volverían a atormentarle. Abrió sus labios en torno a los de Barnaby, sellándolos del todo, apegando su rostro al ajeno tanto como le fue posible. Minando su respiración de manera progresiva, camuflajeado aquello como el acto de un simple arranque pasional, plantando firme su diestra en el torso del rubio, garantizando su inmovilidad. A tientas, busco con su siniestra, algo que sabía bien, se encontraba cercano: un gran peluche rosado que yacía al lado de Barnaby
Barnaby Brooks Jr: - Mientras le besaba sonreía, comenzando a convencerse de que realmente no había ningún problema con su compañero. Alzó una mano y acarició la que se encontraba cubriendo sus propios ojos, deslizándose por su ante palma lentamente. No deseaba que aquel momento terminase pronto. -
Kotetsu Kaburagi:- Llego un punto en el que su boca dejó de moverse. Se había asegurado de que su cabeza reposaba contra la de Barnaby de tal modo que el respirar fuera difícil a menos que intentase moverse. Pero estuvo al tanto de aquello. Por mantener su coartada aun movió la lengua dentro de la boca ajena, adueñándose del aliento del dueño de aquellos ojos. Su siniestra ya se había aferrado a la sensación peluda del juguete, que había logrado capturar. Ahora, solo esperaba.-
Barnaby Brooks Jr: - Sus mejillas se habían teñido de rojizo con suavidad, mientras el beso le robaba el aliento. Llegó un momento en el cual le fue necesario respirar, pero cuando intentó romper el beso le fue imposible. Apoyó una mano con cuidado en la mejilla del otro, indicándole que necesitaba aire, a pesar de que su lengua seguía acariciando la ajena. -
Kotetsu Kaburagi:- permanece imbatible en si sitio, lo que es mas, presionó con fuerza el torso de Barnaby. Si cedía en ese momento se vería involucrado en algo que no estaba dentro de sus planes y ya no iba a alargar aquello ni un minuto más. Con tanta agilidad como le fue posible y sin romper la captura de su boca, acomodó su cuerpo ágilmente sobre el ajeno, a horcajadas, haciéndose con el peluche en su siniestra, atento a cualquier reacción brusca de parte de Barnaby, que seguramente, no tardaría en llegar.-
Barnaby Brooks Jr: - Su cuerpo comenzó a temblar, ahora comenzaba a entender lo que estaba pasando... Sin embargo no fue capaz de reaccionar. La mano ajena podía sentir humedad encima de los ojos ajenos, que empezaban a emitir lágrimas de confusión y desesperación. Kotetsu quería hacerle daño... ¿Por qué? Elevó las manos y con ellas apretó con fuerza los pectorales ajenos, clavando sus uñas ante la creciente falta de aire. Su mente comenzó a viajar a toda velocidad por sus recuerdos intentando saber qué había hecho mal para recibir aquello... -
Kotetsu Kaburagi:- Rechinó los dientes ante la dolorosa sensación de las uñas clavarse contra su piel, que no tardo en manar algunas trazas de sangre. De lo que hubiese vivido con aquel muchacho (del que hablaba con verdad, jamás le hizo daño alguno) no quedaba más que la imagen de esos ojos... esos ojos celestes que le hacían enfurecer sin ninguna razón aparente. Aquella rabia fue el matiz que hizo falta para asumir la cúspide de sus planes: de un movimiento rápido apartó la boca y el rostro, sustituyéndolos por el peluche rosado, que presionó fuertemente en el rostro del rubio, buscando con su diestra, cercar su garganta con toda su fuerza-.... No volverás a verme con esos ojos infames, Barnaby... nunca mas... nunca más... - masculló con fiereza desconocida-
Barnaby Brooks Jr: - Su pecho estaba muy tenso, carente de aire y ahora de nula posibilidad de respirar. Sus pulmones sólo tardarían segundos en colapsar, cinco, cuatro... En los últimos instantes su corazón se contrajo en un increíble dolor, "¿Por qué tú?" fue lo último que cruzó por su mente, hasta que todos sus sentidos se fueron esfumando...Esfumándose entre la duda, la vida abandonó su cuerpo y sus manos cayeron inertes a sus costados, su torso tieso y sus helados ojos bien abiertos. -
Kotetsu Kaburagi:- aún mantuvo aquella posición unos instantes más, inclusive cuando el arañazo de Barnaby perdió fuerza y sus manos cayeron a sus costados. Respiraba, aunque de manera agitada, con el cuerpo sudoroso. Sentía que había un inusitado frío en los alrededores, pero no osó moverse hasta que sus oídos dejaron de escuchar el ritmo cardíaco ajeno y todo en derredor se redujo al sonido de sus propios jadeos y el latido de su propio corazón. Se removió, lentamente, apartando en peluche del pálido rostro de Bunny, sintiendo una nueva oleada de furor cuando se encontró con sus pupilas apagadas-
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Conde D: - miró entonces en torno al paciente. Aquello era síntoma de un evidente delirio de persecución, una paranoia tan evidente que era difícil de creer que el veterano relatase aquello con tal calma. ¿Habría estado mintiendo? ¿O realmente era tan cuerdo como para ser procesado?
Kotetsu Kaburagi:- Mira divertido hacia el doctor D. El gesto de sorpresa era tal que no pudo evitar ampliar su sonrisa triunfal- Pues claro que he sido yo quien le ha matado, doctor D... ¿Acaso cree que alguien más sería capaz de poder vencer en fuerza a Bunny-chan? No lo creo... -suspira, con tranquilidad.-... Pues bien... aparté el juguete de su rostro y cerré sus párpados. Pegué la cabeza a su pecho para cerciorarme. Estaba muerto, Doctor... bien muerto.
Conde D:... - no pudo evitar negar suavemente con un gesto. No sabía si el veterano ahí recluido había hablado con verdad o sólo estaba tratando de burlarse de el. Pero cada palabra que salía de sus labios le erizaba la piel, intimidándole. Menos mal y seguía con los brazos inmovilizados con la camisa de fuerza y sus escasos poderes minados por el collarín restrictor que llevaba al cuello.-
Kotetsu Kaburagi: ¿Aún sigue creyendo que estoy loco, Doctor...?- no le dio oportunidad a responder- ... Va a dejar de hacerlo eventualmente. Voy a decirle... cómo fue que me deshice del cadáver. Ya era muy tarde, así que tuve que actuar con rapidez. Eso si... en silencio. Primero.... lo he descuartizado. Le corté la cabeza, los brazos, y las piernas.
Conde D:- el estómago se le encogió. Aun siendo alguien habituado a estudiar los desordenes mentales de cientos de personas, una parte de sí se negaba a creer como alguien en su momento tan respetado y admirado cono el Héroe de Sternbild, Kotetsu Kaburagi, el Wild Tiger, había tenido suficiente sangre fría como para arrancarle la vida a Barnaby Brooks Jr. e incluso, mancillar su cadáver.-
Kotetsu Kaburagi: - Cruzó una de sus piernas, con desenfado. Removiendo un poco el cuerpo, un poco acalambrado por la posición que había guardado por un largo rato- Luego... levante algunas tablas del suelo y escondí los restos en aquel hueco. Volvía a poner las tablas en su lugar... Lo hice tan bien que ningún ojo lo habría notado...- en su voz, un matiz lúgubre se dejo escuchar, mientras su sonrisa se amplió con enorme satisfacción, dando paso luego, a una carcajada- No había nada que lavar... ni una mancha, ni una gota de sangre... una cubeta con agua fue suficiente para limpiarlo todo... ¡ha,ha,ha,ha!
Conde D: - la reacción de verle reír de aquella manera, no se hizo esperar. Retrocedió, tanto como pudo, para salvaguardarse en caso de cualquier cosa. Sus ojos bicolores fijos en aquel hombre. Buscó recomponer su postura y carraspeó- ¿que me dice de la llegada de la policía?
Kotetsu Kaburagi: Ah...eso. - dejo de reír, y a su vez, emitió un carraspeo.- Verá usted, doctor... para cuando hube terminado de ponerlo todo en su lugar, de manera que nadie se habría percatado de lo sucedido... eran las cuatro de la mañana. Y entonces, alguien llamó a la puerta.
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Agente Kanzaka: - había recibido una orden para ir a hacer algunas preguntas a los habitantes de aquel lujoso departamento, propiedad de uno de los retirados heroes de la ciudad; Barnaby Brooks Jr. Se detuvo ante la puerta y tocó el timbre-
Kotetsu Kaburagi: - justo estaba terminando de beber un vaso con agua, para refrescarse la garganta luego de toda la actividad. Le era raro el hecho de que Barnaby recibiera visitas a una hora tan inusual y estiro los brazos, emitiendo un amplio bostezo- ¿Dare ka...? -pregunta, al abrir la puerta y encontrarse de frente con el sujeto-
Agente Kanzaka: Buenas noches, señor Kaburagi. - habla con calma- Lamento venir a molestarle a esta hora, pero tengo un reporte de ruidos extraños al interior de su departamento.
Kotetsu Kaburagi: ¿Nani...? - le inquirió, con gesto adormilado, aunque en su fuero interno, ya se había puesto sobre aviso al ver al policía. Sin embargo, se sentía confiado.- Ie, ie... he sido yo quien he gritado... tuve pesadillas -rió ligeramente- Pero pase, pase, que hace frío.
Agente Kanzaka: - hizo un sereno ademán al adentrarse en el departamento-Compermiso. - musitó, sin prisa. Con sus ojos fijos en los alrededores. Le pareció extraño que Kaburagi habitase aquel departamento, pues hasta donde sabía, no vivía con Barnaby, sino con sus familiares, un una provincia a una hora o mas de distancia- ¿El señor Brooks Jr. sigue dormido?
Kotetsu Kaburagi: Ie... Bunny-chan salió a un viaje, no dijo a donde... sólo me pidió venir a cuidar de su casa en su ausencia. - le dejó pasar, yendo incluso a la cocina a traer una botella de chardonay-¿le ofrezco algo de beber, señor...? -no sabe su nombre, así que deja la pregunta inconclusa-
Agente Kanzaka: Kanzaka. - dijo, a secas, aunque agradeció el gesto del ajeno. No podría sino confiar en el otrora héroe- No puedo beber en mi horario de servicio, Tiger-san, pero se le agradece.
Kotetsu Kaburagi: Sou desu... -asiente y bebe del vaso, sin expresar más allá de la curiosidad habitual de alguien que es interrogado por un policía a deshoras- Dice que tuvo un reporte? Lamento que mi mal sueño lo haya hecho venir hasta acá.
Agente Kanzaka: No se disculpe, es mi trabajo. ¿Le importa si...? - hace un gesto para seguir su marcha al interior del departamento, para la rutinaria revisión del lugar-
Kotetsu Kaburagi: Iino desu. - le hace un ademán, para que camine a placer por los alrededores. Se rascó la oreja por un momento, como si algo le hubiese molestado.-
Agente Kanzaka: No le molesta que revise el lugar, ¿no es así? Es solo procedimiento de rutina. Usted entiende de esas cosas, Tiger-san -le dijo mientras comenzaba a revisar la sala de estar con sus ojos buscando algún detalle extraño o fuera de lugar-.
Kotetsu Kaburagi: No, adelante, pase a donde quiera - sonríe- Debe ser una molestia venir solo por un simple grito de viejo.
Agente Kanzaka: -Se dirigió con paso firme hasta el sofá del departamento y levantó uno de los cojines, tomándolo entre sus manos y observándolo detalladamente- ¿Hace mucho que el señor Brooks Jr. se fue? -le preguntó al huésped sin dejar de observar el cojín, observando hasta el más mínimo detalle en él- No se preocupe, es normal recibir llamadas incluso de las alarmas más pequeñas -le respondió dejando el cojín en su sitio antes de dirigirse hacia la cocina-.
Kotetsu Kaburagi: - supo que estaba topándose con un agente bien entrenado. Pero sentía que su sagacidad era muy superior a la de cualquiera, después de todo, el era Wild Tiger- Ya sabe como es Bunny-chan. Me llamó justo cuando estaba a punto de ir a beber algo. Esperaba toparme con el al menos, pero cuando llegué, la casa estaba vacía.- le vio caminar y se quedó en su sitio. No fuera a pensar que vigilaría sus pasos. Volvió a rascar su oído cuando reparo que aquello no era una molestia: había escuchado algo, ciertamente-
Agente Kanzaka: Vaya, parece que el señor Brooks tenía mucha prisa y usted algo de tiempo libre. Se ve que confía bastante en su persona, Tiger-san.
Kotetsu Kaburagi: Si, si... Aún cuando ya no trabajamos juntos, sabe que puede confiar en el viejo Kotetsu -cierra un puño con gesto de confianza, aunque internamente, estudió que sería aquello que escuchó y que aquél agente seguramente no se había percatado.-
Agente Kanzaka: -Continuó revisando la cocina aunque lo hiciera, a simple vista, de manera superficial. Solo se dedicaba a abrir el refrigerador, los cajones de la alacena y el horno, no encontrando algo anormal en ellos- Y parecer ser que su compañero tiene un excelente gusto, ¿no le parece?-Le preguntó dirigiendo su mirada hacia el héroe, notando aquél reflejo de rascarse la oreja- ¿Sería tan amable de mostrarme el baño y la habitación del señor Brooks?
Kotetsu Kaburagi: Tiene mucho talento para la decoración, como para casi todo lo que hace. Bunny-chan es un chico muy brillante. - le mira sonriente.-Oh, en seguida. - avanza unos pocos pasos para indicarle la puerta del baño, aprovechando para hacerse con un hisopo y asearse la oreja- Taku... debí haber dormido mal… - una vez que se ha acercado a la habitación el sonido fue mas evidente "¿joder... ahora que...?" dijo para si, aguardando simplemente a que el otro se dirigiera ahí y aprovechar para averiguar que era ese sonido-
Agente Kanzaka: -Sigue la indicación del huésped y se adentra en el baño: revisando la ducha, el lavamanos e inclusive la taza, notando únicamente la extrema limpieza de aquella habitación-.
Kotetsu Kaburagi: - aprovecho que aquel no le miraba y fue a la sala por su botella de chardonay, a la que le dio un largo trago. Claro que no iba a escucharse nada. Sólo estaba él, y el agente ahí, seguramente crearía ese sonido con sus pasos y la forma de.
Agente Kanzaka: -Se encogió de hombros y observó un momento en el espejo del baño- Pues sí, parece que el señor Brooks Jr. Tiene un exquisito gusto y las comodidades suficientes... ¿Ha sido un buen amigo? -Notó que el anfitrión actual al parecer se había devuelto a la sala de estar, por lo que salió del baño sin revisar nada más en aquella habitación- Solo queda un lugar más por revisar, Tiger-san. Si me hace el favor de indicarme...
Kotetsu Kaburagi: huh…hai, hai -se vuelve y encamina hacia la habitación, abriéndole la puerta- Pase, haga su trabajo.
Agente Kanzaka: Muchas gracias -le asintió levemente al héroe, observándole fijamente-. Es un alivio contar con su colaboración en momentos así: a muchos les puede parecer incómodo algo tan simple como un chequeo.
Kotetsu Kaburagi: Pierda cuidado, Kanzaka-san. Entiendo su labor así que tómese su tiempo -sonríe con confianza. Después de todo, de aquello no había quedado ni una huella. Se había esmerado en ello. Y fue cuando escucho de nuevo ese sonido. Un golpeteo débil, como el de un reloj cubierto por mantas-
Agente Kanzaka: Hace un momento le mencioné mi acuerdo con usted con respecto al gusto y lujo del señor Brooks. Dígame algo, ¿era un buen compañero? -Le preguntó nuevamente en un tono despreocupado mientras atravesaba la habitación del dueño del lugar, percatándose en el lujo de esta y en los muebles que allí se encontraban, barriéndola con la vista primero antes de dirigirse hasta el clóset y revisarlo-.
Kotetsu Kaburagi: ... Bunny-chan es... - se rasca la nuca, pensativo- hoe... Que es un poco vergonzoso hablar de eso... -sonríe apenado-... es un muchacho muy íntegro. Éramos muy buen equipo, sabe usted.
Agente Kanzaka: ¿En serio? -Le preguntó sin dejar de revisar el clóset, tomando entre sus manos alguno que otro objeto que encontraba en este-.
Kotetsu Kaburagi: -asiente de nueva cuenta- Si, bueno, al principio el no quería trabajar conmigo, decía que era muy torpe... -rió con ligereza- Era solo que... - aprovecho la pausa. Ese molesto sonido. Alzo ligeramente la voz- Era, bueno, que yo no estaba de acuerdo con sus métodos.
Agente Kanzaka: Mi hijo es un gran seguidor de ustedes dos. Por lo que he visto, forman un gran equipo al momento de atrapar a los maleantes de esta ciudad... Ya casi nos dejan sin trabajo.
Kotetsu Kaburagi: Oh, no diga eso... -y volvió a reír, pero solo para acallar el sonido que percibió. Empezaba a inquietarse. Era como si proviniese de aquel lugar. Pero ¿como iba a ser eso posible?- Sin la policía de apoyo habría muchas tragedias que lamentar, Kanzaka-san
Agente Kanzaka: -Le sonrió y guardó una pequeña cajita que revisaba en el armario nuevamente, cerrando la puerta de este sin dejar pasar por alto el cambio de tono en su interlocutor- ¿Le molestaba mucho? Pues sin ustedes la ciudad sería menos segura. Quizás suene extraño proviniendo de un agente policial pero gracias a ustedes, los héroes, los niños tienen un modelo a seguir.
Kotetsu Kaburagi: Solo a veces. Cuando me llamaba "Oji-san"... pero yo también me he metido con el, llamándole Bunny todo el tiempo - mantuvo su sonrisa hacia aquel. El sonido le pareció más evidente, tanto como el de sus propios latidos- Oh, bueno, pero si yo también tuve un ejemplo a seguir, no sea usted modesto.. Seguro que muchos niños querrán ser un agente en lugar de un héroe.
Agente Kanzaka: -Dirigió sus pasos hasta la cama de la habitación, logrando que sus pasos resonasen ante aquél silencio mientras se detenía a un escaso metro del mueble, en el que se encontraba cierto peluche rosa de conejito-.
Kotetsu Kaburagi: - le dejó hacer y emitió un bostezo, en lo que intentó definir la naturaleza de ese sonido. ¿Un reloj? Imposible. Barnaby odiaba los relojes de cuerda. ¿Una gotera? Ni hablar. Ya habría sido reparada en un lugar tan lujoso.-
Agente Kanzaka: De pequeño quería ser un héroe -mencionó mientras tomaba el peluche entre sus manos y lo detallaba cuidadosamente, observándolo desde cada ángulo-. Incluso de adulto he seguido fervientemente el programa.
Kotetsu Kaburagi: - tragó saliva, muy lenta y discretamente, cuando dio con la naturaleza del ruido que sus oídos percibieron-
Agente Kanzaka: Tiene usted, Tiger-San, un estilo único entre sus compañeros. Ese traje que tenía antes era bastante clásico en comparación con el de los héroes de hoy en día.
Kotetsu Kaburagi: Ah.... Hero TV... Antes me parecía un circo hasta que no me permitieron ser Héroe si no tenía un patrocinador...
Agente Kanzaka: Debo admitir que la presentación del señor Barnaby Brooks Jr. me impresionó bastante: se mostró tal cual cómo era ante el mundo.
Kotetsu Kaburagi: - entrelazó sus dedos, sonriendo, quizá de una forma exagerada, apenado- Oh.... restando todo el tema tecnológico... la verdad es que me gusta mi traje clásico... lo de Bunny-chan fue… Algo muy tonto de su parte, ne? hahaha! -echo a reír mientras se sintió palidecer. ¡El retumbar venía directamente de las tablas! Tenía que sacar a aquel sujeto a como diera lugar, pero ¿como? Ya lo había hecho ganar suficiente confianza. Debía encontrar la manera. ¡Era un héroe, era el orquestador, Wild Tiger!-
Agente Kanzaka: Parece que ese trago y mis palabras le han sentado muy bien, Tiger-san -le sonrió amablemente y colocó con cuidado el peluche sobre la cama de nuevo-Parece que se encuentra usted mucho más calmado y amigable como siempre.
Kotetsu Kaburagi: De hecho, si. Es mas... -le mira, entretenido, aunque interiormente desearía tomarlo por las ropas y arrojarlo por la ventana- ¿Por que no vamos a tomarnos algo? A esta hora no pasa nada ¿o si?
Agente Kanzaka: -Golpeó un par de veces la base de madera de la cama, notando, en efecto, que no se ocultaba nada debajo de ella al tener dicha base que la soportase. Lo había hecho con la suela de su zapato sin tener ninguna necesidad de agacharse para observar. La cama no parecía haber sido cambiada de lugar- Hmmm... Puede que necesite un trago, de hecho. Pero recuerde que no bebo en las horas laborales, Tiger-san -se dio la vuelta para encararlo, sonriéndole con la misma amabilidad de hace un momento-.
Kotetsu Kaburagi: - rió un poco mas, frotándose el entrecejo. Sintió una fuerte jaqueca y el sonido incluso yendo al ritmo de sus latidos, que se iban acelerando. Sintió como le corrió una gota de sudor frío-
Agente Kanzaka: Supongo que podemos hacer una excepción por esta vez -se frotó sus manos también sin dejar de observarle y sonreírle-. Pues veo que todo está en orden por acá, y se ve que usted es muy buen amigo al tener la casa en dicho estado.
Kotetsu Kaburagi:- le miró de reojo, al escucharle-.. Hai, hai... -pero luego calló. El sonido del golpeteo era demasiado fuerte como para no ignorarlo. ¡Seguro que el agente lo había escuchado ya, estaba convencido de ello! ¡Su perfecto plan, su maquinación, estaba a punto de desmoronarse!-
Agente Kanzaka: Aunque... -se sentó de repente en el borde de la cama, apoyando ambas manos sobre la colcha- Se ve que incluso ha mantenido esta habitación en orden -dejó que uno de sus pies diera un par de golpecitos en el suelo de madera, observando este con cuidado y detallando cada tablita. Arrugó un poco el ceño sin mayor razón aparente pero luego cerró sus ojos y suspiró antes de levantarse de la cama- En fin, Tiger-san, creo que terminaré bebiéndome esa bebida con usted si es que la propuesta aún sigue en pie.
Kotetsu Kaburagi:- siguió masajeando su entrecejo, con punzadas haciendo presa de su cerebro y el sonido atormentándole de tal manera que ni siquiera los ojos de buitre tenían cabida en sus preocupaciones. Ese sujeto, ese Kanzaka... sabía. Y estaba burlándose de él. Debía hacer algo... borrarlo del mapa, si... justo como a Barnaby.-
Agente Kanzaka: -Frunció el ceño nuevamente al verlo en tal posición, un tanto preocupado o molesto por algo como si...- ¿Se siente bien, Tiger-san? -se dirigió a paso lento hacia este para asistirle o incluso solo por estar más cerca de él. Sus pasos retumbaron nuevamente en la habitación de la que el silencio se había apoderado repentinamente. No estaba seguro de lo que había sucedido en el lugar, pero estaba seguro de que el héroe le ocultaba algo a lo que se acercaba poco a poco-.
Kotetsu Kaburagi:- Hiperventiló, pasándose la mano por el cabello- ... ese sonido... ese maldito sonido...-masculló entre dientes, con una voz que denotaba una evidente y progresiva agresividad, como el rugido rabioso de un tigre. Cerró su puño diestro, hasta que sus nudillos se volvieron blanquecinos aun con el tono moreno de su piel.-
Agente Kanzaka: -Se detuvo al instante al ver la expresión de aquél. Entrecerró un poco los ojos alerta a lo que estaba ocurriendo en ese momento con aquél hombre antes de detenerse a reflexionar en sus palabras- ¿Le molesta ese sonido, Tiger-san?-Dio un par de pasos hacia atrás de manera lenta pero preocupándose en hacer que los zapatos arrancasen el típico sonido sordo de sus pasos contra el suelo de madera. Parecía que había dado en el clavo. Así que ese era el sonido que tanto le molestaba a su interlocutor. Dirigió su vista hacia el suelo, específicamente al centro de la habitación- Dígame algo, señor Kaburagi... ¿en verdad era un buen compañero?
Kotetsu Kaburagi: Bunny-chan es... un buen muchacho... y yo lo... -por un momento le faltó el aliento. No era el golpe de las suelas del agente, ¡era ese maldito latido! - fuera de si emitió un potente alarido y de un aterrador revés, en el que dejó relucir la silueta azulina, como muestra de haber activado sus poderes, se hizo evidente. Lociones, adornos y pertrechos salieron volando por el suelo, rompiéndose en añicos- SILENCIATE DE UNA VEZ, MALDITA SEA!
Agente Kanzaka: ¿Cuántas veces le molestó con eso de Oji-San, Tiger-San? -le preguntó sin dejar de observarlo mientras comenzaba a dar leves golpecitos contra el suelo, de forma acompasada y lenta. Reaccionó lo más rápido que pudo ante lo que sus ojos observaban por parte del héroe- Dirigió su diestra hacia el arma que guardaba en el estuche a manera de reglamento y precaución para apuntarle con ella, listo para dispararle- Si hace otro movimiento, señor Kaburagi, no me quedará de otra que dispararle. Dígame, ¿qué fue lo que le hizo al señor Brooks Jr. -le quitó el seguro a su arma hasta que se dio cuenta un momento del desastre en la habitación, específicamente en lo que se hallaba en el suelo-...
Kotetsu Kaburagi: - se tomó la cabeza, con ambas manos, buscando relajarse. Activado el poder, solo era cuestión de segundos para saltar sobre aquel incomodo sujeto o hacerlo a través de la ventana. Resoplaba, con los labios resecos y la garganta rasgada por aquel terrible alarido-
Agente Kanzaka: -No dejó de apuntarle en ningún momento y le observó fijamente, esperando la reacción del otro respecto a todos los objetos que se encontraban ahora desperdigados por el suelo- Tiger-san, ¿le molesta el sonido? -esbozó una sonrisa al decírselo, haciendo énfasis en el título del héroe-.
Kotetsu Kaburagi: Calla.... -apenas dijo, con el gesto sombrío, visible gracias al reflejo del espejo que tenía delante- Calla de una vez... -sacude la cabeza y le mira-... dispáreme. No me deje acercar, Kanzaka...-aun pareció tener un destello de lucidez-
Agente Kanzaka: -Ya sin medias tintas ni tampoco ningún cuidado, golpeó el suelo con la suela de su zapato derecho, haciendo que un knock knock retumbase en la habitación y los cristales cercanos a sus pies tintinearan sobre el suelo de madera- Le dijo lo mismo al señor Brooks, Tiger-san? Dígame -dio un pequeño golpecito en el suelo nuevamente sin dejar de apuntarle, observando con cuidado la expresión de aquél. Sabía que estaba cerca de descubrir el paradero de Brooks así como también en el hecho de que si se propasaba terminaría muriendo aquél día-, ¿cuántas veces le escuchó antes de matarlo?
Kotetsu Kaburagi: Nunca! No era eso lo que me molestaba, yo no habría lastimado a Bunny-chan! - sintió perder el balance y se apoyó contra el mueble, doblando el metal al no poder controlar su fuerza-
Agente Kanzaka: ¿Por qué lo asesinó, Tiger-san? -ignoró su petición y decidió acercarse poco a poco sin dejar de apuntarle con el arma-. ¿Qué le molestaba del señor Brooks?
Kotetsu Kaburagi: - por la cabeza le cruzó un mar de imágenes, siempre terminando en el indeleble relumbrar de las jóvenes pupilas celestes, que quedaron apagadas una vez que quitó su mano de su garganta y el peluche del rostro-
Agente Kanzaka: -Bajó el arma un momento sin dejar de sostenerla con ambas manos mientras se acercaba hasta el héroe, fijándose en la expresión del rostro de este ahora que lo había descubierto- ¿Qué le molestaba del señor Brooks por lo que tuvo que matarlo, Tiger-san?
Kotetsu Kaburagi: - ya no pudo más, había hecho un esfuerzo sobrehumano por n deshacer el cuerpo del agente, quien con tal arrojo le enfrentaba a un a sabiendas de que su arma no le dañaría mientras llevase su poder activado. Cayó de rodillas junto al mueble maltrecho-¡BASTA, BASTA! ¡Usted gana! - se cubrió parcialmente el rostro con una mano, con la voz que no dictaba una diferencia entre la angustia y la frustración- ES CIERTO, ¡YO LO HE MATADO! ¡RASGUE ESAS TABLAS Y LO ENCONTRARA! ¡AHI! AHI! DONDE SIGUE LATIENDO ESE MALDITO CORAZÓN! -Grita, totalmente fuera de si-
Agente Kanzaka: -Aquella confesión era lo que había estado esperando. Se dio la vuelta rápidamente al ver que aquel hombre era incapaz, por el momento, de hacerle daño alguno y se lanzó al centro de la habitación para levantar las tablas del suelo de madera lo más apresuradamente de lo que era capaz. Había dejado el arma a su lado en el suelo mientras levantaba las tablas, abriendo un agujero en el suelo hasta dar con algo que no había pasado por su mente en ningún momento. Cerró los ojos y tragó algo de saliva antes de levantarse del suelo y acercarse hasta el héroe- Señor Kaburagi, deberá acompañarme a la comisaría. -le dijo intentando mantener la calma luego de haber visto lo que se ocultaba bajo el suelo de la habitación. Temblaba ligeramente y del espanto había olvidado recoger el arma de nuevo, un error que jamás se había permitido en tantos años de servicio a la comunidad-.
Kotetsu Kaburagi:... Kanzaka-san...- empezó a hablar, sin más- ¿... verdad que... lo he hecho bien...? -aquellas palabras, expresadas en un rostro de sonrisa vacía, habrían puesto sobre aviso al agente que al parecer, ya no estaba hablando con alguien en sus cabales-
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Kotetsu Kaburagi: Y entonces llegó el resto de la policía... - dijo, con elocuencia, intentando frotar su mentón con el pecho, al sentir un poco de comezón- Hero TV estuvo presente incluso cuando sacaron las bolsas. Una con el torso y la cabeza de Bunny-chan... la otra con sus piernas y brazos.
Conde D: -Había permanecido en silencio durante toda la narración de su paciente. ¿Cómo había podido ser capaz de realizar semejante atrocidad? Continuaba con una pierna cruzada sobre la otra pero había dejado de repiquetear el bolígrafo contra el informe médico-.
Kotetsu Kaburagi: Todo habría pasado bien. Si Bunny-chan se hubiera quedado callado... -suspira con gesto de genuina decepción, puede que asomase un vago remordimiento- pero no... Si no podía verme con esos ojos infames, me estaría llamando.
Conde D: -Cerró los ojos ante aquella afirmación preguntándose si debía de instarlo a continuar con su relato o si debía de llamar inmediatamente al Doctor Takezawa: se encontraba con un caso, en definitiva, bastante peculiar y peligroso- ¿Quiere algo de agua, señor Kaburagi? -preguntó de repente, abriendo sus ojos para observar al paciente de nuevo-
Kotetsu Kaburagi: Oh... eso sería muy amable de su parte, doctor. - responde con agrado, sonriendo con cortesía-
Conde D: -Se levantó de su asiento y dejó el informe médico sobre este antes de salir un momento de la habitación en búsqueda de tan preciado líquido. No se sentía capacitado para atender tal caso, mucho menos de alguien que había sido capaz de descuartizar a su compañero. Regresó a la habitación nuevamente llevando un vaso de agua que acercó a la boca del paciente, agachándose frente a él- Beba, señor Kaburagi, supongo que hablar sobre aquello le ha sido un tanto difícil y extenuante.
Kotetsu Kaburagi: - se inclina un poco, para beber aquello, a moderada diligencia, hasta casi vaciar el contenido del mismo, quedando algunos rastros de agua alojados en la crecida barba- Ah... oishii... arigato, doctor...
Conde D: -Intento sonreírle de forma amable sin lograrlo, levantándose del suelo y dirigiéndose hasta el asiento en el que había dejado el informe- Descanse por hoy, quizás mañana retomemos nuevamente nuestra conversación, ¿le parece bien, señor Kotetsu?
Kotetsu Kaburagi: -asiente con calma.- Siempre tengo tiempo para eso, doctor. -y dicho esto, gira el asiento de su silla, para darle la espalda- Oyasumi nasai.
Conde D: -Le observó por última vez antes de salir de la habitación, cerrando la puerta al salir y pasándole llave. Dejando solo a quien otrora fuese un héroe admirado-.
Kotetsu Kaburagi: - cierra los ojos, al sentirse de nuevo en la oscuridad casi total, apaciguada por la débil luz de su lámpara y el tintineo del indicador del collar represor. Un sonido familiar llegó a sus oídos y sonrío más-... No te haz olvidado de nada... ¿ne, Bunny-chan...? Vas a seguir castigándome... incluso hasta después de la tumba....- y emitió una fuerte carcajada. Una que se extendería, tras otra, y otra mas, en aquella celda, desde hacia meses atrás.-
**CIERRE DE TELON**
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